No me gusta el calor, nunca me ha gustado, sin embargo el
violento color lila de las jacarandas y el contraste de la flor en el suelo me
enloquece. Ahora hace mucho calor 25 grados centígrados a la sombra. En la
oficina veo el sofocante medio día, ni una ave, las copas de los arboles
estáticas ante la nula presencia de viento, todo en pausa, todo, incluyendo mi
ánimo que como éste calor se escurre en la apatía existencial, todo en pausa.
No me gusta el calor, me fastidia.
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