20/8/10

De cómo la humedad puede estropear nuestra vida diaria.

Por la mañana mientras abres las puertas del guardarropa y decides que ponerte el día de hoy elijes una prenda que convine con la otra y que el calzado complemente tu atuendo, nunca que compita. Y justo en lo más profundo, atrás de los abrigos y las camisas de noche se encuentra ese perchero, donde guardamos celosamente nuestras caretas. Y estas a diferencia del calzado o los accesorios, puede o no combinar con nuestro vestido, y la mayoría de las veces ni siquiera tomamos la decisión voluntariamente es simple intuición. No ocurre lo mismo si se trata de un festejo, celebración o cualquier compromiso social concurrido y de cierta importancia ególatra, no importando el alma y su vibración, elegimos la mejor, la mas espectacular y adornada careta, para lucirla, desfilarla y hasta admirada.

Al final la vida es solo una “mascarada” y nosotros los invitados de honor,

Pues estos días he encontrado que las paredes de la casa guardan mucha humedad, lo he descubierto al elegir mi careta, y en mi elección quise cambiarle, un poco harto de la cotidiana mueca de fastidio que tan gastada la tengo ya, así que elegí la mas colorida y optimista, que de no ser por la humedad y los hongos que en ella se alojan, prácticamente esta nueva. Púes el reclamo se hizo evidente con la casera, pero mostró un falso interés y prometió mandar quien lo resolviera. Por lo pronto he tomado mi tradicional y cotidiana careta, es la única que se libro de la humedad y los hongos, pues nunca la guardo en el perchero, siempre esta a un lado de la cama.

AGV

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