7/11/11

El gato y el fantasma.


Un gato se encontro con una alma en pena. Dime gato a dónde debo continuar. El gato con la misma indiferencia de siempre y sin mirarlo le dijo: No camines sobre tus pasos, ya no eres quien eras, ahora eres liviano tu decides. No lo sé, le contesto, entonces continua penando, quizá no moriste del todo. Una vida no basta para descubrirlo gato. No lo sé yo dispongo de siete. Y el alma continuo sus lamentos.


Fotografía de: Maira Rodas de Colombia

1 comentario:

Gala dijo...

¿Será que por ello los gatos son tan livianos? ¿será porque las almas que poseen son solo prestadas?