I.
Celosa mi tristeza de encontrarme en mi más alta dicha, convencio a Eros para hacerme caer a los pies de tan letal Musa.
II.
Después de sus desprecios me arme de valor para combatirle, escudo y lanza en mano, basto con probar sus labios para perder la batalla y evidentemente la vida.
III.
Fué como herido de muerte se acerco mi tristeza a darme santa sepultura, ni resucitando me salvo de su indiferencia de musa. De mi tristeza ni hablo, ahora pena su condena...
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